De maestra a empresaria

Conversar con María González se torna en una experiencia de mucho aprendizaje. Ella junto a su empresa Taí han logrado mejorar la calidad de vida de muchas personas. Taí fue un sueño, no imaginado, que logró cambiar su vida. De maestra a empresaria, pero con la misma meta, ayudar a las personas. Conozcan un poco de su historia. 

Taí es una línea de productos elaborados con ingredientes naturales y orgánicos para el cuidado de la piel y nuestro bienestar. Ofrecemos la siguiente variedad de productos: jabones artesanales naturales, exfoliadores corporales y faciales, lociones corporales y humectantes, bálsamos labiales, ungüentos medicinales, velas de soya para aromaterapia y masaje y aceites para aromaterapia.

¿Por qué el nombre Taí?

Quería que fuera un nombre corto, que capturara la atención inmediatamente y que nos identificara como puertorriqueños. Entonces surge Taí, con acento en la í (eso lo enfatizo siempre). Taí es un nombre de origen taíno que significa bueno, noble y esa era una de las cualidades de nuestros indios taínos, legado que hoy día perdura entre nosotros los puertorriqueños. Quise destacar, en el nombre de nuestros productos, esa cualidad que nos distingue como pueblo

¿Cómo surge la empresa?

Soy maestra de profesión y estuve ejerciendo la misma por 17 años. A raíz de un evento personal muy triste, que fue la pérdida de mi embarazo, comienzo a buscar una actividad extracurricular para distraer mi mente, comenzar a sanar y superar dicho proceso. Esa experiencia personal me hizo poner en perspectiva muchas cosas respecto a la vida. Mi sueño de toda la vida, que era ser madre, no se concretó por lo que fue un proceso de mucha reflexión. Pero tú decides cómo ver el vaso: medio lleno o medio vacío. 

Siempre me han encantado los productos para el cuidado y aseo personal, por lo que entonces comienzo a explorar ese campo. Mientras estoy investigando me percato de que existe un movimiento que busca promover el uso de productos para el cuidado de la piel con ingredientes naturales por lo que empiezo a prepararme en esa dirección. Comienzo a tomar clases sobre la elaboración de productos, así como el estudio de las plantas medicinales y sus beneficios. Me certifico como artesana en el año 2010 y en mi tiempo libre comienzo a participar en actividades, ferias y eventos exponiendo mis productos. Producto de esa exposición comienzan a surgir una serie de oportunidades, como por ejemplo, la elaboración de lociones para masaje para el Waldorf Astoria Spa de El Conquistador Resort y el Spa Botánico del Dorado Beach, a Ritz-Carlton Reserve. También, La Chiwinha en Río Piedras nos brinda un espacio para tener nuestros productos para la venta, así como el Museo de Arte de Ponce, entre otros. Es entonces que en el año 2013 decido lanzarme de lleno y a tiempo completo al desarrollo de este proyecto.

Lo de Taí fue algo inesperado, pues nunca me imaginé manejando otra empresa que no fuera la sala de clases. Pero a veces la vida te expone a situaciones que te dirigen por nuevos caminos. Yo decidí entonces aceptar mi situación personal y a la misma vez afrontar un nuevo reto a nivel profesional, pues, en mi caso, una cosa llevó a la otra y tengo que decir que he derivado tanta satisfacción en el proceso que ha sido mi terapia. Al mismo tiempo me permitió descubrir de lo que uno puede ser capaz si se lo propone. Por eso me gusta compartir mi historia, pues muchas personas se pueden identificar.

¿Qué es lo más que te gusta de tu trabajo?

¡Que me permite crear! Ese es mi trabajo: Crear. Es fascinante cómo la mente va a mil revoluciones con tantas ideas que te rondan la cabeza y que deseas convertirlas en algo tangible. Realmente yo no lo veo como un trabajo, a mí me apasiona tanto lo que hago que realmente es una diversión. Sumergirme en el mundo de los aceites esenciales para elaborar los productos se convierte en un proceso aromaterapéutico y saber que gracias al trabajo que realizan mis manos muchas personas se han beneficiado, es una bendición. Por eso, cuando recibo la retroalimentación de las personas que han utilizado los productos la emoción es enorme, pues para mí es la satisfacción del deber cumplido y de honrar mi compromiso de elaborar productos de calidad, con mucho amor y conciencia. Y esa también es la parte linda de este trabajo, que te permite conocer mucha gente que te nutre con su sabiduría, lo cual tú luego puedes traducir en experiencias nuevas y enriquecedoras.

¿Cuál usted cree que ha sido la clave del éxito?

La consistencia en la calidad del producto, el cuidado observado en la presentación del mismo, así como el buen trato y buen servicio. Mi interés siempre ha sido mantenerme enfocada en dicho objetivo.

¿Cómo y por qué surge la idea de la tienda/local?

Según Taí llegó de momento, la oportunidad de abrir un local, también. Ya llevaba varios años participando en eventos y ferias en diferentes lugares durante la semana y los fines de semana también, donde montaba mi mesa con los productos. Eso me ayudó a desarrollar una clientela que se ha mantenido leal al producto a través de estos años. Entonces se presentaron las condiciones para establecer el local y decidí afrontar el reto. La respuesta ha sido increíble y me siento muy agradecida por eso. Eso no significa que dejaré de participar de actividades. En la medida de lo posible seguiré participando, pero ahora las personas no tienen que esperar a que uno se presente en x o y evento para poder adquirir el producto, sino que en cualquier momento pueden llegar a la tienda y adquirir los mismos. Y en caso de que no puedan llegar, tienen la alternativa de ordenarlos a través de nuestro website: www.taijabonesyvelas.com, pues también hacemos envíos por correo. 

Un consejo para esas personas que quieren montar su empresa:

Primero que todo, creer en ti… identificar aquello que te inspira y te apasiona. Una vez identificado, prepararte para dominar todo lo relacionado a eso que es tu fuente de inspiración. Hacer un compromiso contigo mismo y ser responsable, dedicado, esforzado, perseverante y trabajar duro… Simple y sencillamente, ¡echarle GANAS! Y ahora te va a hablar la maestra: ¡Tú puedes, voy a ti!